septiembre 02, 2011

Be free

La vida continúa con mil y una incertidumbres. Eso es libertad. No lo llames inseguridad.
Puedo entender porqué la mente llama “inseguridad” a la libertad… ¿Has estado alguna vez en la cárcel durante unos meses o unos años? Si un prisionero está unos cuantos años en la cárcel, cuando llega el día de su libertad, empieza a sentirse inseguro acerca del futuro. En la cárcel todo estaba garantizado; todo era una rutina sin vida. Le servían la comida, la daban protección; no tenía miedo de pasar hambre al día siguiente y que no hubiera comida; nada de eso, todo estaba garantizado. Ahora, de repente, después de tantos años, cuando llega el carcelero y le dice, “Ahora serás puesto en libertad”, empieza a temblar. Al salir de los muros de la prisión volverá a tener incertidumbres; tendrá que volver a buscar y rebuscar; tendrá que volver a vivir en libertad.
La libertad da miedo. La gente habla de la libertad, pero tiene miedo. Y un ser humano no será un ser humano mientras siga teniendo miedo a la libertad...



Un día, de repente, se estaba muriendo un hombre tras un accidente de coche. Nadie sabía que era judío, de modo que llamaron a un sacerdote católico. El sacerdote se reclinó junto al hombre —el hombre se estaba muriendo, eran los últimos estertores de la muerte— y el sacerdote dijo: —¿Crees en la Santa Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo?
El hombre abrió los ojos y dijo: —Estoy aquí a punto de morirme… y ¡él está jugando a los acertijos!

Cuando la muerte llama a tu puerta, todas tus convicciones no serán más que absurdos acertijos. No te aferres a ninguna convicción. La vida es incierta, la misma naturaleza de la vida es la incertidumbre.
La propia disposición de mantenerse en la incertidumbre es valentía. Esta disposición de estar en la incertidumbre es confianza. Permanece alerta en cualquier situación, responde a las situaciones con todo tu corazón. No es que sepas lo que va a ocurrir; no es que sepas “si haces esto sucederá aquello”. La vida no es una ciencia; no es una cadena de causa y efecto. Cuando calientas agua hasta los 100º, se evapora, eso está garantizado. Pero en la vida real, no hay nada tan seguro como eso.
La inseguridad es una parte intrínseca a la vida, y está bien que sea así, porque transforma la vida en libertad, la convierte en una sorpresa constante. Nunca se sabe lo que va a suceder. Te mantiene permanentemente maravillado.


No lo llames incertidumbre, llámalo prodigio.
 No lo llames inseguridad, llámalo libertad.

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